De tiempo en tiempo
me asalta el deseo de escribir este artículo, la motivación es siempre la
misma, fijar al Liberalismo como lo que es aunque sea de manera elemental, porque
una enciclopedia no bastaría para escribir su biografía desde vio la luz siendo
individualismo ingenuo, hasta esta época en que en plena adultez se le confunde
con todo aquello que no es.
De la misma manera,
de tiempo en tiempo pospongo la idea esperando tiempos mejores, una circunstancia
más apropiada o un hecho de mayor importancia que justifique un artículo ligero
de un tema hondo y muy denso, pero siempre se multiplica la misma confusión y
de nuevo parece imposible en un artículo
hacer asepsia y cirugía.
LA CONFUSIÓN DE HOY.
Pues bien, el tema es el Liberalismo que ha sido cuidadosamente
estudiado por lo más selecto de los grandes pensadores en todas sus aristas,
desde las más romas hasta las más agudas. De aquí viene el debate entre su
bondad o su insidia y perversidad, y así el Liberalismo es confundido con lo
que no es.
Entre los que claman en su nombre, esta nuestro Presidente Andrés
Manuel López Obrador que se proclama liberal y enemigo del neoliberalismo, sin
que quede claro que distancia existe entre el uno y el otro. En Francia los “Chalecos
amarillos” arremeten contra un estado por el que sienten repugnancia y exigen
libertad frente a sus cargas fiscales "Usted trabaja, paga; Come, paga; Se
aloja, paga” y esto bajo la bandera de “Es todo el sistema el que hay que
cambiar”.
Las proclamas revolucionarias de infelicidad de los obreros franceses
ocurren en el país que otorga mayores privilegios a sus obreros y donde la
contratación colectiva sobrepasa los sueños de los más radicales sindicalistas,
y también aquí el anarquismo es la bandera intuitiva de la “Nueva” Comuna de
Paris, que increíblemente propone soluciones a lo Ronald Reagan y a lo Margaret
Tatcher: “No a los impuestos y no al estado intervencionista”
LA BATALLA DEL LIBERALISMO
Lo primero que hay
que decir sobre el árbol genealógico del Liberalismo, es que como ninguna otra
idea en occidente es el producto de siglos de lenta transformación del
individualismo, y de ideas diversas unidas por circunstancias muy particulares
y que fue forjado al mismo tiempo contra obstrucciones creadas por las sociedades en que se desarrolló y contra el pensamiento
dominante, e incluso como una reacción para legalizar prácticas comerciales en práctica
pero descalificadas moralmente.
Ya sabemos que los
burgueses entre individualistas y liberales encontraron en la Reforma Protestante,
en John Locke y la Ilustración francesa la legitimidad a sus afanes. Su gran
adversario fue la sociedad en la que nació, la sociedad medioeval con sus miles
de restricciones morales al comercio para evitar el lucro, para fomentar el
justo comercio, el trato justo, pero para su fortuna, con el éxito del
protestantismo los monarcas omnipotentes, que le autorizaron todo aquello que
la Iglesia había prohibido. El Protestantismo asociado con los reyes son aliados
formidable para liberarse del imperio ético de la Iglesia, y que a ambos les
proporcionó legitimación ante sus pueblos. El Protestantismo apoyó las
prácticas comerciales que permiten lucrar sin más límite que la capacidad de
otros comerciantes para hacer exactamente lo mismo, y que al mismo tiempo convirtió
a los reyes antes agobiados por la Iglesia, en soberanos absolutos.
EL LIBERALISMO
TRIUNFANTE
El Liberalismo es
por naturaleza secular, es la mundanidad absoluta y para él el fenómeno
religioso no existe en absoluto. A la ausencia de la idea de todo ser o poder superior
que límite su negocio, y por así convenir al burgués (Su prototipo humano)
aparece como el más devoto de todos los servidores de la religión imperante. Obvio
es que con el poder de su propio dinero, el apoyo irrestricto del poder
político y por su activismo incesante pudo lograr su afán supremo “libertad
para que lo dejen hacer” y aceptación
dentro de la cultura y la política.
LOS ROSTROS DEL
LIBERALISMO
Desde hacía cientos
de años los monarcas y sus súbditos aceptaron una serie de normas para
garantizar que nadie fuera juzgado arbitrariamente, en algunos reinos existían
cartas que daban garantías y constituciones desde tiempos de Solón, el gran legislador
ateniense, España y el derecho virreinal que forjó, Inglaterra con la carta
expedida por Juan Sin Tierra, pero fue John Locke quien a inicios de la edad moderna
formuló los fundamentos de tipo político del Liberalismo, de los derechos
naturales a lo que ahora son los derechos reconocidos en todo tipo de
constituciones liberales, no solo el derecho del comercio, sino también los
derechos a una defensa legal, a no ser objeto de leyes que lo perjudiquen
retroactivamente, al libre tránsito, a la libertad para opinar, etc.
En pocos años el
Liberalismo pasó de la controversia doctrinaria a ser la doctrina dominante. La
Revolución francesa le proporcionó al Liberalismo una serie de ideas y
definiciones con dimensión económica y política, sobre todo un gran lema revolucionario,
que sintetiza de manera magistral al Liberalismo: “Libertad, Igualdad y Fraternidad”.
En este lema podemos encontrar la maternidad tanto del Capitalismo como del Socialismo
y Comunismo, y de la Democracia moderna.
LOS ENGENDROS DEL LIBERALISMO.
De la “Libertad”
surgió el Liberalismo económico, que por sí sólo conduce directamente al
Capitalismo. El Capitalismo exige libertad para hacer lo que sea necesario para
obtener el mayor lucro posible. Su apotegma es “Dejar hacer y dejar pasar”, en
pocas palabras libertad absoluta en lo económico y en lo social, y absoluta
impunidad en sus consecuencias.
También de la
Libertad en lo político nació el Anarquismo, que quiere la destrucción del Estado
y de la propiedad porque esclavizan al hombre.
En nuestros tiempos
surgió una combinación político económica engendro de la libertar absoluta, que
es el “Libertarismo” que pugna contra el Estado y contra todo poder político,
acepta al Estado pero solo para que proteja su propiedad, pero sin que imponga
reglas de conducta, cobre impuestos, o auxilie a los demás con su dinero. Es el
egoísmo más extremo imaginable.
De la “Igualdad”
nació el Socialismo que propone la igualdad de todos, que la propiedad particular
desaparezca y que los bienes sean del Estado y que todos contribuyan con él según
sus capacidades, esto implica que las ideas también sean una sola, pues de otra
manera el socialismo estaría expuesto a que nuevas o viejas ideas egoístas se
impusieran contra la ideología única. El Socialismo exige que el Estado sea
poderoso y los gobernados débiles.
La Igualdad es también
la idea que alimenta al Comunismo, a esta sociedad igualitaria pero sin Estado
alguno. Una combinación de Libertad pues no existe Estado y de Igualdad, pues
todos son igualmente libres.
LOS HIJOS DEL
LIBERALISMO.
La Libertad y la
Igualdad son la primeras, de las que ahora llamamos Garantías Humanas, Derechos
Fundamentales o Derechos Humanos y que se encuentran consagradas en todos los
Estados Liberal Burgueses.
De la Igualdad y la
Libertad políticas, surge la Democracia Moderna, que exige la igualdad entre
los ciudadanos para que el voto de cada uno valgo lo mismo que el de cualquier
otro, y la libertad política real de esos ciudadanos para emitir su voto, sin
coacciones de ninguna especie. Idealmente este proceso de igualdad y libertad,
de votos y de procesos iguales para todos, es la esencia de la Democracia.
Esta Democracia no solo
determina de manera precisa quien manda, sino que al mismo tiempo se encuentra
sometida al imperio de los derechos humanos, garantías individuales y
libertades fundamentales. Es algo que se pude sintetizar en frases como “Tú
Estado puedes hacer lo que quieras, pero no puedes violar mis derechos humanos ni
mis garantías fundamentales” o “Eres todopoderoso pero impotente contra mis
derechos fundamentales”
La Solidaridad ha
sido esgrimida por todos, incluso se ha propuesta el Solidarismo, pero en
esencia siendo tal vez el más importante ideal revolucionario, es el menos
invocado.
EL CAPITALISMO O
LIBERALISMO ECONÓMICO.
Hoy existe una
fuerte corriente que exalta al Liberalismo económico, pues se alega que es el
único método capaz de retribuir con justicia al inversionista, al fabricante,
al comerciante y al financiero, haciendo caso omiso del pasado de este
liberalismo de corte puramente económico.
Durante la
Revolución Industrial el Liberalismo justificó a las peores formas de
explotación humana, baste recordar a los niños que trabajaban en las minas de
carbón y que morían sin llegar a la juventud por Neumoconiosis, la enfermedad conocida
entonces como “Pulmones Negros”.
El “Dejar hacer,
dejar pasar” se impuso no solo en Inglaterra y Francia, sino incluso en el
naciente y piadoso Estados Unidos de América, que convirtió al Esclavismo en la
principal fuente de riqueza. La impunidad laboral y el liberalismo económico impulsaron
a la Revolución Industrial y a la apropiación de la riqueza de cualquier pueblo
en el mundo que no pudiera defenderla, esta “Libertad” justificaba cualquier
cosa para lograr la riqueza.
El Liberalismo
económico es quien más víctimas ha ocasionado en la Historia, más que cualquier
guerra o cualquier epidemia y por desgracia sigue en vigor en África, donde
viven en condiciones de esclavitud o han muerto, millones de africanos son esclavizados
para obtener oro, plata, diamantes, Coltán y otros insumos indispensables para
la industria europea de hoy en día. Y esto sin hablar de las guerras del
Petróleo.
EL NEOLIBERALISMO.
El Liberalismo del
siglo XIX, no pudo seguir existiendo pues una enorme repugnancia moral obró
contra el Esclavismo y después contra la explotación industrial del hombre por
el hombre, surgieron los movimientos obreristas, el sindicalismo, los derechos de
las minorías y de las comunidades indígenas, el feminismo y el sufragismo,
todos estos enemigos radicales del Liberalismo económicos pero aliados
indisolubles del Liberalismo Político.
Así el Liberalismo
Económico se volvió impresentable, y los Estados crearon sistemas legales que
reconocieron derechos que contuvieron la voracidad económica y proporcionaron
un Estado con derechos más igualitarios. En Inglaterra y Estados Unidos los
movimientos anti capitalistas fueron virulentos y muy populares, hasta que esos
estados cedieron ante los justos reclamos de sus ciudadanos. En el mundo socialista,
la corrupción y el fracaso de sus grandes programas económicos, convulsionaron
a todas esas sociedades empujando a las economías socialistas al desastre.
En su afán de encontrar
una ideología nueva para enfrentar con éxito a sus adversarios políticos
nacionales, los demócratas y los laboristas, Ronald Reagan y Margaret Tatcher
tomaron el nombre de “Neoliberalismo” de algunos autores sin fortuna de
mediados del siglo XX como bandera, frenaron con éxito al sindicalismo y
apoyaron con grandes recursos a sus ejército prometiendo el botín de las
riquezas de los derrotados, apoyaron a fuerzas enemigas de los gobiernos pro soviéticos
que en los años cincuenta, tuvieron a más de la mitad de la población mundial.
EPILOGO EN MÉXICO.
En México Carlos
Salinas de Gortari se afilió al Neoliberalismo, como una forma de afiliarse al
bando norteamericano, lo cual le valió el apoyo de George Bush (padre) que nos
premió con el Tratado de Libre Comercio de Norte América, una vez que la URSS
colapsó.
Ahora como nunca se habla de un fantasma, el del “Neoliberalismo”,
que simplemente es el Liberalismo económico, pero domesticado por los siglos
XIX y XX. También existe el Liberalismo Político pobremente aplicado en México,
pues carecemos de un Estado de Derecho real y de una sociedad verdaderamente
politizada y carecemos de la Democracia.