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LOS HÉROES DE LA REFORMA… ENERGÉTICA


Las encuestas indican que al menos el 66% de la población reprueba la reforma energética. Si comparamos ese porcentaje con el tope de votos históricos de las izquierdas en el siglo XXI, estos apenas rozan el 36% de la población, lo que indica que al menos el 30% de quienes nos oponemos a la reforma, no somos de la “izquierda”.
Con estos datos, el presidente Enrique Peña Nieto partió para justificar ante la opinión pública a su reforma mas apreciada. El problema no sería la aprobación en las cámaras, era obvio que con los votos de priistas y panistas la reforma era un hecho consumado, pero sabedor de la enorme impopularidad de ella entre la población, inició una campaña de propaganda para mermar las protestas generalizadas que se pronosticaban, en especial las que se supone habría en el Distrito Federal.
No era fácil, MORENA y lo que resta del PRD, tienen en el Distrito Federal su principal bastión. Por ello, intentar la reforma como primer acto de gobierno hubiera sido suicida, sobre todo después de una elección que sin duda ganó, pero en la cual ni siquiera obtuvo el 50% de los votos y en la que perdió en el Distrito Federal. 
Con esto en mente postergó la reforma energética y se concentró en reformas al gusto de las cúpulas de los partidos políticos, primero armó el “Pacto por México”, y metió en ese saco a sus felices "adversarios", de esta manera la reforma energética quedó en un distante segundo plano, Peña Nieto y sus "nuevos amigos" nos lanzaron, cual salchichas, otros eventos secundarios, como la cárcel para la odiada maestra y las cúpulas de los partidos festejaron la reelección de sus diputados "pluris", senadores de partido y de segunda mayoría.
De manera inteligente, enfocó la propaganda del gobierno sugiriendo que los únicos que se oponían a la reforma energética eran las izquierdas, lo cual es absolutamente falso, pues como ya se dijo, al menos un 30 % de quienes nos oponemos a la reforma, no somos de eso que se autodenomina “izquierda”.
Por desgracia, la “izquierda” embrutecida por su escasez de miras mordió el anzuelo y se asumió como la única oposición a la reforma energética, lo hizo como “masiosares” diciendo que defenderían hasta la muerte la impoluta pulcritud de los artículos 27 y 28 constitucionales. A partir de ese momento las tribus de las izquierdas escenificaron una de las danzas tribales más lamentables, lucharon entre sí por apropiarse de esa lucha y convocaron a la “Madre de todas las batallas” contra la “Madre de todas las reformas”. Se anunció la “Madre de todas las protestas” que se escenificaría en el valle de Anáhuac, en el Distrito Federal gobernado por la izquierda.
Andrés Manuel López Obrador se vistió con los ropajes de un Emperador General que toma la colina más alta para dirigir a sus huestes a la victoria, lo mismo hicieron los “chuchos” que se montaron en otra colina, más chiquita, y cada general o teniente se encaramó en lo que pudo, para dejar en claro ante la “historia” su participación en la batalla de todas las batallas, de inmediato los generales empezaron a lanzarse piedras entre ellos, todos querían ser los protagonistas o que el otro no lo fuera.
Las izquierdas, como dueñas únicas de la “defensa del petróleo”, acudieron a las tribunas y a los medios de comunicación, para acusar de “traidores a la patria” a quienes se atrevieran a votar en favor de la reforma, en las calles el debate era exactamente de ese mismo tono, “Patria o muerte” y “nosotros somos los verdaderos opositores y no ustedes”, el grito de batalla fue “!Yo sí, tú no!”. Divididos hasta las cachas, pero sin esgrimir ni un solo argumento, sin preparar ni un solo texto donde se razonara una oposición inteligente, se lanzaron a acusar y a acusarse entre sí, también sacaron la estampita de Lázaro Cárdenas creyendo que del cielo bajaría el general acompañado de todos los héroes patrios para dar la “Madre de todas las batallas” a los “vendepatrias”.
La única excepción en esta feria de vanidades, fue la actitud y la conducta de Cuauhtémoc Cárdenas, que intentó proponer una defensa inteligente, pero que fue imposible, ante al fanatismo irracional de sus leales, el hijo del general fue lanzado a la creciente ola y se perdió en el tsunami de estupidez que ahogó a toda la izquierda, en su hora cumbre.
La estrategia del presidente Enrique Peña Nieto funcionó a las mil maravillas, la izquierda fragmentada, dividida, enemistada entre sí, se contentó con deschongarse como si estuvieran en los lavaderos de una vecindad. 
Nunca convocaron a nadie que no estuviera sujeto a los grilletes de una izquierda que no sirve a México, solo ellos, solo los “puros” y los puros no necesitan razones, ni de las buenas, ni de las malas. A final de cuentas para ellos el resto son solo “traidores” y con eso estaba todo dicho y hecho.
Para colmo, el mismo día del “Cerco al Senado” Andrés Manuel López Obrador se infartó, si se infartó el gran líder de las izquierdas y lo hizo en la hora mayor de las izquierdas, por lo que inmediatamente fue recluido en el hospital de las derechas más extremas. Para López Obrador era el momento de mostrar su generosidad y entrega al ideal supremo de su lucha nacionalista, en ese aciago momento el líder con mayor prestigio y capacidad de convocatoria era, su archi odiado rival, Cuauhtémoc Cárdenas, no había otro, por lo que el líder de MORENA reflexionó y consultó las enseñanzas de Benito Juárez, de Melchor Ocampo y de todos los héroes de la reforma decimonónica y de ellas extrajo la iluminación total, así que en este trance decidió, teniendo solo en mente a la patria amada su momentánea sucesión, y entregó el liderazgo supremo de MORENA y de todas las izquierdas patrióticas…. a su HIJO!!!!!
En ese momento la encarnación viviente de la izquierda mexicana se hundió en el  descrédito más absoluto, ya no solo era irracional, sino que se exhibió como carente de generosidad. La izquierda fue sentenciada por sus propias decisiones y egoísmos, fue incapaz de convocar a una protesta callejera de medio pelo. El presidente Enrique Peña Nieto logró no solo la reforma soñada por Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón, y lo hizo sin pasar ni un solo trago amargo, pero además como aguinaldo adelantado, exhibió el peor rostro de la izquierda mexicana.
Para quienes nos oponemos a la reforma sin ser de izquierda, nos quedó claro que en este país lo único que impera es el partidismo faccioso, la partidocracia, o mejor dicho, la pandillerocracia. La sociedad no tiene otro medio de expresión, ni otros actores, precisamente por ello en su “pacto” Peña Nieto se abstuvo de convocar, por innecesarios, a nadie que no fuera un mafioso partidista, no convocó a empresarios, ni a intelectuales, ni a académicos… solo al par de mafiosos dirigentes del PAN y del PRD. Enrique Peña Nieto con su exitosa estrategia también reinaugura la presidencia imperial y, admitámoslo ahora, en México no tenemos otra doctrina, ni nada que seriamente se le oponga.
El 12 de diciembre la Reforma Energética, empeorada con las propuestas del PAN y del PRI fue aprobada y enviada a las legislaturas de los estados, y tres días hábiles después, el 15 de ese mismo mes, fue aprobada por 16 legislaturas de los estados, por lo que solo resta su promulgación. Sonora batió el record, pues la aprobó en seis minutos.

Por Antonio Limón López

De traidores, traidorcetes y simples escaladores


La peor acusación que puede hacerse a un ciudadano, es la de traidor, no existe otra peor. El traidor va contra la esencia de la sociedad a la que pertenece, decide por mezquindad o perversidad negar su pasado, la herencia moral de sus padres, de sus antepasados o de sus predecesores. Contra la oportunidad que tiene de servir con lealtad a todo lo que sin embargo decide destruir, deformar, negar, coartar, acabar, ofender, degradar.
El traidor no es un “salvaje bueno” que ignorante de la cultura en que nace decide terminarla como si fuera un obstáculo en su camino, es al contrario el ciudadano consciente de su cultura, de su nación del colectivo social al cual pertenece. Es un producto histórico y no un accidente. El traidor se alimentó también de las ideas, de los sacrificios, de las aspiraciones y de la sociedad creada por sus antepasados. El traidor no es un salvaje sino un civilizado, no irrumpe sino que forma parte, no es un extraño, es alguien de casa.
En tanto que el ciudadano ejemplar cumple consigo mismo y con sus iguales, con el  pasado común y está dispuesto incluso a morir por esa herencia, el traidor rompe con el pacto social fundamental que lo une a los suyos. No puede haber mayor culpa, mayor dolo, mayor perversión social y política que la que le corresponde al traidor, por eso los traidores son marcados no solo por lo que resta de sus miserables vidas, sino para el futuro, sus nombres se manchan y manchan a su descendencia.  
Los pueblos y sociedades que se precian de su propia dignidad señalan al traidor con índice de agravio eterno, el traidor es inasimilable, no tiene redención, no puede limpiar su nombre. Tan gran acusación, solo un cretino podría aceptarla pasivamente, lo peor es ser señalado como un Judas. Solo un traidor puede guardar compostura ante tan grave y trascendental acusación. Por cierto que no todos los traidores tienen el mismo grado, existen además los “traidorcetes”, que son insignificancias humanas que traicionan impulsados por su condición de granujas, aunque sus acciones son indignas, malignas y perversas sus alcances son menores.
México vive desde su nacimiento entre traiciones, los nombres de Lorenzo de Zavala, Mariano Guadalupe Vallejo  Antonio López de Santa Anna no se pierden en un pasado remoto, sino que vuelven o simplemente permanecen entre nosotros, representan una especie exitosa entre los mexicanos y tal vez ningún otro pueblo los posea en mayor número, los nombres de muchos traidores se encuentran plasmados en letras de oro en nuestra cámara de diputados.
En este escenario trágico el PAN fue la única opción para la democracia y la única vía para escapar de los derroteros en que caímos, como el fraude electoral, la simulación política, la antidemocracia, la deformación de nuestro pasado, la justificación de la tiranía, el centralismo, los gobiernos tutoriales, la falsía y el derrotismo.
A contracorriente el PAN se constituyó con ciudadanos empeñados en educar y transformar a México para convertirlo en una nación demócrata y de demócratas, auspició el estado de derecho sometido al bien común y a la equidad, su credo fue nacionalista y de todo ello dio constancia con legisladores limpios y ejemplares. Fueron otros tiempos. 
A partir de 1988, la tentación nos tocó, entonces se llamó pragmatismo, pero ya era traición, traicionamos a la democracia, y por desgracia lo hicimos en su nombre. En un principio los signos de la traición no los comprendimos, pero pronto la generación de traidores que se incubó se hizo notoria, ese proceso de corrupción se puede seguir minuto a minuto, fue una transformación como la de Gregorio Samsa que se convirtió según la Metamorfosis de Kafka, de una persona normal a una sabandija. En el caso del PAN no fue un proceso fantástico, sino uno real, en el que intervinieron de manera nefasta muchos “panistas distinguidos” metamorfoseados en sabandijas.
Al final de este texto doy los nombres de los traidores, traidorcetes y de los simples trepadores u oportunistas, que aprovechando la debacle se subieron a un PAN degradado para hincar en él sus dientes, en el entendido que estas listas tan solo son preliminares y que pueden y deben ampliarse. Los traidores son aquellos que por sus decisiones el PAN se transformó de un partido democrático, nacionalista e igualitario, a una pandilla antidemocrática, entreguista y clasista, que desviaron al PAN de su sentido trágico al de una comedia fársica de tartufos, ellos pudieron evitar esa degradación, pero por indignidad personal, por pandilleros, por codiciosos o por descojonados no lo hicieron.
Son traidores al PAN, a todo lo que fue y representó, a sus principios, a su sentido histórico la siguiente canalla: Don Luis H. Álvarez, Felipe Calderón Hinojosa, Vicente Fox Quezada, Diego Fernández de Cevallos, Gustavo Madero, Pancho Barrio, Manuel Espino, Ernesto Ruffo Appel, todos ellos tuvieron el poder de conservar al PAN fiel y sin embargo contribuyeron a su transformación en una especie de PRI chiquito y apestoso.
Son traidorcetes, porque traicionaron al PAN, pero nunca tuvieron ni la cabeza para cambiar las cosas, ni el poder de hacerlo, pero colaboraron con los traidores a cambio de dinero, de chambas, gubernaturas, diputaciones y senadurías, de privilegios y acomodos a sus familiares y socios comerciales, entre ellos están Javier Corral Jurado, Eugenio Elorduy, Alberto Cárdenas, German Martínez Cazares, César Nava, Luís Felipe Bravo Mena, José González Morfín, Fernando Gómez-Mont, Francisco Javier Ramírez Acuña, Antonio Lozano Gracia, entre otros bichos .
Si en el reino de las sabandijas los traidores se equiparan a los arácnidos más ponzoñosos, los traidorcetes se equiparan a las cucarachas y los simples trepadores o escaladores a desangelados chapulines.
Los escaladores, son aquellos que aprovecharon a un panismo degradado y dominado por la estupidez, hicieron lo que les resultó fácil, tomaron ventaja de la oportunidad que los traidores les ofrecieron, algunos aparentaron ser panistas y hasta presumieron serlo de rancia cuna, como Santiago Creel, pero lo cierto es que llegaron en tiempos de las vacas gordas, y se dedicaron a ordeñar al PAN, en esta categoría se encuentran todos los que aceptaron diputaciones pluris y senadurías de partido sin tener antecedentes reales en el PAN anteriores a 1988, y también los residentes del Distrito Federal, que ahora tienen más de 50 años y que ingresaron al PAN después del 2000 o que fueron candidatos pluris en la elección de ese año.  
Son simples escaladores: Ernesto Cordero, Josefina Vázquez Mota, Rafael Moreno Valle, Marcos Alberto Covarrubias, Luís Pasos, Juan Camilo Mouriño, Alonso Lujambio, los Yunes de Veracruz,  Mario López Valdés de Sinaloa, Javier Lozano, Alejandro Poiré, entre otros cientos de esta gentuza que se aprovechó, simplemente porque había modo.

2013, EL AÑO QUE NOS CHAMAQUEARON


Tenemos que reconocer la exitosa gestión del presidente Enrique Peña Nieto, y esto a pesar de las críticas de sus más acérrimos rivales, ya que en doce meses nos hizo un faenón bárbaro, en ese lapso nos abanderilló con el “Pacto por México”, nos capoteó por todos los cuartos del redondel, y practicó en nuestra humanidad todo tipo de suertes, desde las verónicas, las medias verónicas, las navarras, las gaoneras y delantales y hasta la del farol, en suma, de todo. Claro que finalmente se llevó todos los apéndices y el aplauso del duopolio televisivo y achichincles noticiosos.
Nadie en toda la historia de México fue tan exitoso en su primer año, ni Salinas que como Calderón, se plantó en Los Pinos las 24 horas del día para evitar que lo sacaran en vilo, ni Zedillo cuyos primeros dos años fueron de crisis financiera por el "error de diciembre", ni Fox que dedicó sus seis años a la frivolidad, menos los demás presidentes que vivieron de crisis en crisis. Peña Nieto, en cambio, tuvo su año de luna de miel presidencial,  y la aprovechó.
Se concentró en las “Reformas estructurales”, es decir en la mitología creada por nuestros ineptos ex presidentes para justificar su intrascendencia, y para realizarlas se sirvió de sus "adversarios" en un “pacto de oropel”, los elogió, les dijo palabras al oído y finalmente les dio atole con el dedo. Con Gustavo Madero y Jesús Zambrano en el papel de comparsas, logró aprobar las míticas reformas estructurales.    
La educativa fue la primera de este año, la fiscal la logró al 99% de lo planeado, la financiera fue a su gusto, la de telecomunicaciones ídem, y acaba de darnos la estocada con la política y con ella viene a trote ligero la energética. ¿Podría pedir algo más? Bueno, de propina, hasta el Código Procesal Penal Único y centralista nos va a endilgar.
Sin duda es el personaje del año, el ejemplo del mexicano triunfador, pues logró hacer lo que ningún otro presidente pudo. Por desgracia eso no quiere decir que a los mexicanos nos haya ido bien, pues nuestro presidente solo nos chamaqueó. Millones de ilusos se fueron con la finta y creen que ahora sí, que gracias a esas reformas México será  democrático, que ahora si tendremos diputados y senadores pensantes y no un par de recuas en las cámaras, que nuestros niños competirán en matemáticas con los japoneses dejando a los nipones viendo estrellitas. Millones de atarantados mexicanos creen que nuestros maestros serán la admiración de Suecia y de Corea, que Pemex será el modelo de empresa petrolera mundial y que el “milagro mexicano” ya nos alcanzó.
Por desgracia nada de esos es cierto, la reforma laboral no aportó ni un solo nuevo empleo, al contrario perdimos muchos desde su aprobación. La reforma educativa solo logró que el presidente se echara a la bolsa al SNTE y que Juan Díaz, su líder máximo, se le entregara incondicionalmente!!!. La reforma fiscal conserva el tono centralista a la Antonio López de Santa Anna y los estados siguen siendo observadores y siervos de nuestra nueva alteza serenísima, carecen de dinero, están en la miseria y sin posibilidad de tenerlo, salvo que vayan de rodillas a suplicar a Los Pinos.
En lo político se acentúa el poder de las cúpulas partidistas, la reelección de diputados plurinominales y la de senadores de partido es el mayor logro clientelar de una reforma asquerosa. El INE es la burocracia para crear nuevas plazas las cuales se repartirá la partidocracia centralista, nos costará cientos de millones de pesos indemnizar a los actuales consejeros del IFE pero así todos estarán felices y no habrá molestos amparos. Para colmo, ahora desde la capital se impondrán a los funcionarios electorales de los estados. ¡Viva la chilangocracia!
Con el petróleo también nos van a dar atole con el dedo, es seguro que lo entregaremos de una forma idiota e indigna. Si lo concesionamos lo perderemos, el concesionario lo venderá a quien quiera, al precio que quiera, cuando quiera y según le convenga, y si lo dejamos a los “contratos que la ley reglamentaria determine” Pues estaremos dándolo sin saber cómo, ni a quién, ni por cuánto, a fin de cuentas estaremos en manos de los tribunales internacionales o de los amigos del presidente y de sus chalanes. 
Pero no debiéramos sorprendernos, el mismo creador chamaqueó a este país, !Sí! le dio petróleo y grandes territorios, mares con especies únicas, excelsa vegetación, montañas de plata maciza, le dio todo y de todo, pero también nos puso en él !A nosotros los mexicanos! !Al PRI, al PAN, al PRD, a la izquierda,  a la derecha y al centro, a diputados, senadores y a políticos mexicanos! No se midió...!Pero que ganas de joder! Así que 2013, es el año en que por enésima ocasión ... nos chamaquearon.
Por Antonio Limón López.
Para pensar diferente! 

TRIBUTO A NELSON MANDELA


El abogado Nelson Mandela ingresó a la prisión de Robben Island, frente a Ciudad del Cabo, no como defensor sino como el preso 466 del año 1964. El prisionero tenía entonces 48 años, era padre de familia, era un idealista.. marxista y leninista. Según los documentos del juicio enviados desde Rivona, Sudáfrica lo acusaba de Traición.
Durante el juicio, Mandela dijo en su defensa: "He luchado contra la dominación de los blancos y contra la dominación de los negros. He deseado una democracia ideal y una sociedad libre en que todas las personas vivan en armonía y con iguales oportunidades. Es un ideal con el cual quiero vivir y lograr. Pero si fuese necesario, también sería un ideal por el cual estoy dispuesto a morir".
Ciertamente Nelson Mandela era un prisionero fuera de lo común y corriente, había sido detenido un año antes, en 1963, en las mismas fechas en que fueron detenidos otros 18,000 opositores al régimen segregacionista del Apartheid y ciertamente, en esa multitud, Mandela era distinto a los demás, lo era por su condición de abogado, por su cultura y por un lenguaje sereno e inteligente, pero además en su estilo oratorio de abogado, se deslizaban ciertas inflexiones en su voz que denotaban que bajo su actitud controlada, hervía una gran pasión revolucionaria.
Madiba” Mandela era diferente, así lo supieron en su familia y en su tribu, así lo percibieron sus compañero abogados, y desde niño sus lecturas del Evangelio cimbraban la Iglesia. Siempre fue popular entre las jóvenes y a su ingreso a la lucha por la igualdad, pronto atrajo el respeto de los políticos más experimentados. Todo mundo lo percibía, Mandela era diferente, si era diferente, pero en realidad nadie sabía, ni él mismo, que tan diferente era.
La prisión se especializaba en los presos políticos más educados, en los más comprometidos, en los mejores, los carceleros tenían tres finalidades, demostrarles a los reos que no eran nada en la prisión, después que nadie se interesaba por ellos y por último que podrían  recibir un buen trato e incluso ser perdonados, si se arrepentían de su militancia política. En este proceso los más idealistas enfermaban mentalmente, y no pocos desertaban, parecía imposible perder los mejores años de la vida, olvidar el rostro de los hijos. Pero Mandela se hizo el propósito de recordar todos los días el rostro de Winnie su mujer y de sus hijos.
En 1976, en el Soweto se escenificaron protestas, no por las condiciones miserables de vida que existían en ese campo de concentración para la población negra de Johannesburgo, sino porque se les exigió aprender el idioma “Afrikaan”, lo que indignó a la población, pero el régimen quiso demostrar en un acto de soberbia su desprecio y en una carga policial asesinaron a 575 sudafricanos negros. 
Para los año ochenta la predica pacifista de Nelson Mandela llegaba a la población de manera clara: Ante la desesperación y el deseo de revancha el camino siempre es la paz. La nueva generación sudafricana negra estaba pendiente de Madiba, el régimen ofreció en 1982, por sexta ocasión, la libertad a Mandela, pero este la declinó diciendo:
 "¿Qué clase de libertad se me ofrece cuando la organización de mi pueblo sigue estando prohibida? ¿Qué clase de libertad se me ofrece cuando puedo ser detenido por no llevar un pase? ¿Qué clase de libertad se me ofrece para vivir mi vida en familia mientras mi querida esposa permanece exiliada en Brandfort? ¿Qué clase de libertad se me ofrece si debo pedir permiso para vivir en una zona urbana? ¿Qué clase de libertad se me ofrece si incluso mi ciudadanía como surafricano no ha de ser respetada?... No puedo, ni pienso hacer promesas en un momento en el que vosotros, el pueblo y yo, no somos libres."
Nelson Mandela, cautivo en la prisión de Robben Island, cautivó a Sudáfrica. La presión internacional y la persistencia de Madiba convirtieron al centro penitenciario en el eje desde el cual se construyó la paz para una Sudáfrica cautiva por el Apartheid. El gobierno de Pretoria se allanó progresivamente al líder preso, que se preocupaba no solo por la opresión blanca, sino también por la negra. Antes que el sistema racista sudafricano, el norteamericano, la Segregación racial, ya había caido.
Durante los 27 años de resistencia y reflexión, no solo cambió su país, sino también él, abandonó al marxismo, pero no a la amistad de aquellos marxistas en los que creyó, como Fidel Castro, en su reflexión dejó atrás la idea de combatir al régimen con sabotajes o con cualquier forma de violencia, se convirtió en un pacifista, en el referente mundial del reo de conciencia, en el camino de la convivencia pacífica para los sudafricanos.
En 1990, un año después de la Masacre en la Plaza de Tianmen, un año después del triunfo de la democracia en Polonia y un año después de la caída del Muro de Berlín, el gobierno de Sudáfrica se liberó del Apartheid y al hacerlo liberó a Nelson Mandela, el pueblo se unió en jubilo, participaron por igual el 22% de la población blanca y la restante de negros y mulatos, para que un momento después todos fueran la misma raza, la humana y un pueblo, que después de mucho sufrimiento encontró su camino, el triunfo de la cusa pacífica y democrática de Madiba.
Ingenuamente se consideró el advenimiento de una nueva era, poco después cayó el Muro de Berlín y la URSS colapsó en 1991. Pero en Ruanda, en 1994, se escenificaron masacres contra miles de “tutsis” en el afán de extinguir a esta tribu del territorio ruandés. A finales del siglo XX la violencia racial convulsionó a los Balcanes y el momento de optimismo de 1990, pronto fue opacado por la cruel realidad.
El 5 de diciembre del 2013,  Nelson Rolihlahla Mandela, falleció. El mundo entero reaccionó en homenajes, lágrimas y tributos, a lo largo de su vida cosechó rencores y odios, incluso en su juventud él mismo los abrigó, pero a la postre su sincera fe en la igualdad humana se impuso. El mayor tributo para Mandela es el que le rinde Sudáfrica, el único que realmente añoró Mandela en sus 95 años de vida, aquél por el cual dijo en 1964 estar dispuesto a morir, ver a su patria democrática, en paz y en armonía.
Por Antonio Limón López.


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