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Nuestro Día Nacional


Los mexicanos celebramos con gran jolgorio onomásticos fallidos, como el de la “Revolución mexicana” que consideramos “mexicana” porque los muertos estuvieron en México, pero que fue experimento, obra y gracia de nuestros vecinos del norte, primero para sacudirse a Porfirio Díaz, luego a Francisco I Madero, luego a Huerta, luego a Pancho Villa y por último abandonaron este desorden para irse a tirar de balazos a Europa. También celebramos una independencia en la que nadie cree, que desde luego no es económica, ni petrolera, ni industrial, ni filosófica, ni cultural, así que tanto el 16 de septiembre como el 20 de noviembre valen poco o nada frente a nuestra verdadera fiesta nacional, que es ni más ni menos el 28 de diciembre, precisamente por ser el "Día de los Santos Inocentes".
¿Qué celebramos cada 28 de diciembre? Para empezar celebramos el último fraude electoral para elegir pre candidatos o candidatos, fraude que se repite hasta el infinito porque las cúpulas de los partidos políticos imponen a sus candidatos, privando a los restantes militantes de la posibilidad siquiera de inscribirse como aspirantes a pre candidatos a una convención democrática partidista. Fraude electoral desde la cuna, desde el génesis de cada proceso electoral.
Celebramos ser engañados por 500 parásitos en la Cámara de Diputados, cobrando por hacer lo que les ordene el jerarca nacional de su partido, so perdida de las presidencias de sus comisiones y por ende de sus ingresos adicionales, viajes, gastos pagados, privilegios de todo tipo, por ser engañados por 128 parásitos en la Cámara de Senadores, que hacen exactamente lo mismo que los diputados, robarnos, arrastrarse y lamer suelas a un altísimo precio y endilgarnos cualquier ley nazi que les exijan los militares o incluso los narcos.
Celebramos tener 66 asambleístas que aparte de ser un producto idéntico a los diputados y senadores, son un conjunto dispuesto a otorgar impunidad, manipulando la ley demagógicamente y sin respetar a los ofendidos. En la misma categoría están 32 congresos estatales y 2,438 cabildos que nos engañan diariamente y de manera sistemática pues en ellos no se delibera, sino que se acatan ordenes, tampoco están integrados por ciudadanos que antepongan el interés social a su interés personal, son mansos corderos ante la voz de su amo y crueles lobos a la primer oportunidad.
También celebramos el despilfarro de la riqueza de México en medio de una crisis económica extrema, en grandes sueldos para miles de altos funcionarios del poder ejecutivo, ya sean de la federación, como de los estados y de los municipios, además del poder judicial en que la sombra de las apariencias, campea la avaricia, la parentela, la opacidad en millones de resoluciones y el pandillerismo antidemocrático resplandece cada día del año. Celebramos este engaño diario y que perdurará hasta el día en que el último barril de petróleo sea embarcado rumbo a sus dueños verdaderos, las grandes potencias económicas bien organizadas.
Celebramos este 28 de diciembre el sometimiento a todos los partidos políticos: El PRI, el PAN, el PRD, y los restantes membretes, e incluso el “otro tanto de lo mismo” que es MORENA, y cualquiera otro que se apunte en la lista de futuros vividores de nuestra política nacional. Celebramos a los que fueron candidatos a “dedazo”, o por la vía del “encuestazo” o por la vía de la Tómbola, sí, celebramos los miles de millones de pesos que gastamos en elecciones para escuchar a candidatos semi alfabetizados, aunque todos ellos escriban libros por montones, diciendo todo tipo de burradas, de vulgaridades y de lugares comunes.
Celebramos seguir estancados en lo educativo y en lo cultural, con universidades de pandilleros que se apropian de ellas protegidos por el “autonomía universitaria” y que despilfarran enormes cantidades de dinero, que tiene la peor proporción del mundo entre  presupuesto anual y titulados al año, celebramos que a la fecha ningún premio nobel mexicano ha ganado esa distinción por sus aportes realizados dentro de ninguna universidad mexicana, celebramos … ¿Qué celebramos? Que México dejó de ser lugar de paso de las drogas para convertirse en consumidor de drogas sintéticas.
Celebramos que a pesar de los muchos organismos creados para enriquecer los bolsillos de sus directores y comisionados seguimos creando otros nuevos ineficientes y costosos, ya sea el INE, o el INEE, o la Fiscalía anti Corrupción,  o los contratos otorgados por PEMEX a extranjeros, o por la liberación del precio de las gasolinas, y en suma, que a pesar de todo, o precisamente por todo esto seguimos empobreciéndonos, importando alimentos y granos básicos, gasolinas y seguimos siendo un país botín, de inocentes y engañados.
Que estimulamos la impunidad con sistemas ineficientes de combate  a la delincuencia.
Que fomentamos la simulación y la delincuencia política.
Que despreciamos a los trabajadores y apreciamos a los sindicatos corruptos.
Que el sistema para el retiro es otro latrocinio contra el trabajador.
Que agotamos los recursos naturales.
Que ensuciamos con industrias contaminantes.
Que la pesca se la llevan los extranjeros.
Que somos un basurero de desechos tóxicos propios y de nuestro vecino.
Que pescamos con técnicas de depredadores.
Que robamos al turista a la primera oportunidad.
Que degradamos la calidad de nuestros productos en cuanto podemos
Que tenemos un sistema legal que no garantiza los derechos del inversionista, en especial si el inversionista es mexicano.
Que cuando expropiamos al mexicano en realidad lo robamos.
Que proclamamos aquello que sabemos que es falso.
Que nos ideologizamos a lo idiota.
Que apreciamos más a  la astucia que a la lealtad y la trampa sobre la rectitud.
Que nos roban hasta en el "Melate"
Que no les hicieron efectivos los 500 pesos de la tarjeta "Vota y bótate" 
Que preferimos la pandilla sobre cualquier otra organización social.
Que el PRI nos seduce con espejitos.
Que el "niño verde" y el verde ecologista nos vuelven a chamaquear; y
Que nos fallaron hasta los mayas.
La lista podría seguir hasta el infinito, pues en cada actividad, en cada reforma existe el candado, la trampa, el destinatario individualizado, la mano negra, pero el peor de todos los engaños, el engaño supremo o la madre de todos los engaños, es el engaño que nos hacemos a nosotros mismos, al tratar como a personas respetables a quienes debiéramos repudiar, el engaño de simular que creemos en cosas que no creemos, en someternos dócilmente a las reglas de la tragicomedia bufa en que vivimos desde que existimos. México gesticula, porque los mexicanos somos comediantes que imitamos, sin gracia alguna, a los peores anti héroes a los que consideramos paradigmáticos.
No hay duda, nuestra verdadera fiesta nacional la celebramos cada 28 de diciembre en que conmemoramos lo que todos los mexicanos compartimos, sin importar la cultura, riqueza o apariencias, que es nuestra eterna ingenuidad y la facilidad con la que somos engañados por nosotros mismos y celebramos también la simulación y el doblez que si bien tiene su origen en la política mexicana, una vez que enraizaron en nuestro suelo, envenenaron toda la fronda de lo que somos y  hasta de lo que nos proponemos ser.
Hoy 28 de diciembre podemos decirle a nuestra familia, a nuestros amigos, a los gobernados a todos "Inocente mexicano que te has dejado engañar desde hace doscientos años" Con eso será suficiente, y sin expresar una razón en particular, porque todos formamos parte del círculo histórico del engaño, de la farsa nacional, y de la simulación absoluta.

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