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Pues.. !Que se jodan!


"El Ministerio Público -dice el artículo 478 de la Ley General de Salud- NO ejercerá acción penal en contra de quien sea farmacodependiente  o consumidor" de mariguana, opio, heroína, cocaína y metanfetaminas MDA y MDMA, siempre que no exceda las cantidades que determina la tabla del artículo 479 de la misma ley.

Esta excluyente de responsabilidad reconoce explícitamente el derecho del “farmacodependiente” o “consumidor” a portar una determinada cantidad de droga, e implícitamente reconoce el derecho de adquirirla legalmente y la obligación de la República de crear ese mercado legal.


Así debe ser, pues si un farmacodependiente honesto y respetuoso de la Ley, desea adquirir la cantidad de droga que es lícita su posesión conforme a la Ley de Salud de Estados Unidos Mexicanos ¿Por qué razón debe acudir con criminales al mercado negro organizado por la Delincuencia? ¿Es congruente con la naturaleza del Estado, que este promueva a quienes se organizan clandestinamente para producir drogas en cantidades prohibidas por la Ley, sin ningún control de calidad, ni sanitario, secuestrando a campesinos, para producirlas y después distribuirlas ilícitamente, sobornando, asesinando, extorsionando, cometiendo todos los ilícitos previstos en todos los códigos penales y violando todas las practicas éticas de la actividad comercial? ¿Es lícito que el Estado sea por omisión el gran promotor de la Delincuencia Organizada?

En el caso de México, nuestro Gobierno actuando como es su costumbre, sin ninguna teoría, ni ningún plan o estrategia de largo aliento, intenta imitar servilmente la legislación norteamericana, pero sin comprenderla cabalmente, con tal de lograr únicamente la aprobación del poderoso vecino aunque sea al precio de dejar que todo caiga por el despeñadero nacional, en el que se encuentra nuestra economía, el futuro de nuestra riqueza petrolera, la independencia e identidad nacional y todo lo que de alguna manera se le debe confiar a nuestro gobierno, para convertirlo en despojos, chatarra y desperdicio.

Sin embargo, en este particular asunto no solo está en riesgo la vida y la salud de los mexicanos que ya cayeron en la dependencia, sino la de los jóvenes que aún no entran en contacto con las drogas.

Sin que deje de tener validez el señalamiento que hice en los primeros cuatro párrafos, es necesario decir que es correcta la legislación de salud y penal cuando persigue y prohíbe el libre comercio y producción de las drogas, pues en las actuales condiciones de desarrollo científico y tecnológico, la liberación de todas las drogas acabaría no solo con México, sino con toda civilización.

¿Entonces esto es una contradicción? Asi lo parece, pues mientras se afirma que el dependiente de las drogas debe tener un lugar licito para adquirirlas, por otra parte se afirma que no se debe despenalizar la producción y comercialización de las drogas.

Sin embargo, no hay contradicción alguna, México debe seguir combatiendo a la delincuencia organizada como lo ha venido haciendo y para ello  debe evitar que se incremente el total actual de los consumidores de drogas, y para ello debe ser congruente con su propia legislación: combatiendo a los criminales con toda la fuerza del Estado y ofreciendo a las víctimas un mercado legítimo para los consumidores narcóticodependientes, solo para el efecto de que adquieran las drogas a que se refiere el artículo 478 de la Ley General de Salud en condiciones de  seguridad.    

El régimen de control de las drogas fue absolutamente libre hasta finales del siglo XIX, cuando los avances tecnológicos y comerciales colocaron los alcaloides hasta en la Coca Cola, ese régimen no puede volver a existir, pero es obvio que el sistema  restrictivo actual con la enorme deficiencia ya mencionada, contribuye a favorecer la actividad criminal, por lo que debe modificarse prudentemente pero de inmediato, debe permitirse la producción y comercialización, por particulares, de las drogas a que se refieren los artículos 478 y 479 de  la Ley General de Salud en vigor, a efecto de que esos narcóticos en esas cantidades, les sean vendidos a las personas a que se refieren esos dispositivos legales, a precios menores que el que fijan los criminales y en optimas condiciones de higiene.   

Y si a nuestros amos gringos no les gusta, pues que se jodan, a fin de cuentas es lo que ellos mismos hacen pero solo para sus elites doradas, para sus chicos de Wall Street, para sus CEOs, para sus ídolos pops y para su mimada juventud heredera del poder y la riqueza ¿Porque no para los mexicanos que la necesitan?

POR ANTONIO LIMON LOPEZ.


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